Las hernias inguinales, al igual que el resto de hernias abdominales, aparecen debido a un debilitamiento de la pared abdominal. Al encontrarse esta pared debilitada, en la mayoría de casos cuando el paciente realiza algún esfuerzo físico intenso en la zona (como levantamiento de peso, esfuerzos debido al estreñimiento, etc.), puede ocurrir que el peritoneo (membrana que recubre el abdomen) se introduzca a través de la zona dañada de la pared en el orificio inguinal, formando lo que se denomina “saco herniario”.
Síntomas
Generalmente, la hernia manifiesta pocos síntomas en la zona afectada. Tiende a desaparecer cuando el paciente esta recostado, y se nota cuando está de pie o genera maniobras que incrementan la presión intra-abdominal (tos, espiración con glotis cerrada). A su vez, lo pacientes que padecen de hernia asociada a dolor refieren que las molestias son mayores al finalizar el día o ante la realización de esfuerzos.
Ventajas de la reparación laparoscópica de hernia
La reparación de una hernia inguinal puede ser por dos vías principales, cirugía convencional (clásica) y cirugía laparoscópica (mini-invasiva). La elección de una técnica u otra depende del tipo de hernia, deseos del paciente y preferencia del cirujano. La hernioplastía laparoscópica utiliza incisiones mínimas y un sistema de video para asistir el procedimiento. Presenta como principales ventajas: marcadamente menor dolor postoperatorio y menor tasa de complicaciones (infecciones, hematomas), llevando a una reinserción más rápida a las actividades habituales.
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